El Chango Verde

Por José Zumárraga
Colosenses 3:1: Si, pues, habéis resucitado con Cristo, BUSCAD las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Hace mucho tiempo, una persona que fue mi pastor nos conto la anécdota del chango verde.
Durante un ejercicio espiritual, nos dijo que tratáramos de no pensar en un chango verde. Lógicamente, al escuchar la frase “chango Verde”, lo primero que nuestra mente hacia ¡era pensar un simio de color verde! Este punto lo uso el pastor para ilustrar como funciona el proceso de santificación en nosotros.
Dos formas de llenar el vaso.
Nos explico que muchas veces los cristianos no queremos hacer cosas malas, pero nos encontramos con una batalla contra lo que comúnmente se conoce como “vieja naturaleza”. El apóstol Pablo ilustro esto en el libro de romanos:
15. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
16. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
17. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
18. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
19. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
20. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
21. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
22. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
23. pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
24. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
Romanos 7:15-24.
Uno de los problemas que tienen muchos cristianos sinceros es la forma en que enfrentan las debilidades de su carne. Esto degenera en verdaderas batallas que desgastan al cristiano y lo fatigan, y en muchos casos llegan a abandonar su fe debido a la desilusión por la gran batalla que enfrentan.
Existe, sin embargo, soluciones y armas que nos provee la palabra de Dios para enfrentar este dilema.
La Promesa: El pecado no señoreara.
Existe Un hermoso versículo que nos recuerda que el pecado ya no tiene poder sobre nosotros:
Romanos 6:14: Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Este versículo nos recuerda que tenemos la libertad de ELEGIR. Antes de conocer a Cristo solo teníamos una opción: el pecado. Pero Jesús nos dio la opción de elegir algo Mejor: la Santidad. Esto es lo primero que tenemos que entender, que no estamos condenados a pecar sin remedio. Podemos elegir una mejor opción.
Gana Quien Mejor se alimenta.
Otra cosa que es necesario entender es que a pesar de que el viejo hombre fue crucificado, todavía tenemos que lidiar con el. Cuando pablo habla de que el viejo hombre murió o fue crucificado con Cristo, no se refiere a que dejo de existir, sino que fue sujeto a la obediencia de Cristo. El propio pablo hablaba de sus propias batallas:
22. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
23. pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
Romanos 7:22,23
El propio pablo tenia sus batallas en la carne. Muchas veces nos imaginamos al apóstol pablo predicando, pero no nos lo imaginamos viendo una doncella en la calle debido a que le gustaba. Ciertamente el tenia que llevar su carne a sujeción día con día:
1 Corintios 15:31: Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día MUERO.
En el pasaje que leímos al principio ilustra un poco como pablo enfrentaba este dilema diariamente. El se concentraba en Buscar las cosas de arriba, llenar su alma y su espíritu de las cosas de Dios para ir debilitando su carne.
En una pelea de perros, ganara sin duda el que este mejor alimentado y preparado. Si a uno de los perros lo alimentamos fuertemente y al otro no, ganara sin duda el que este mejor alimentado.

Pablo nos dice que busquemos las cosas de arriba para alimentar y llenar nuestra alma de Cristo. Asimismo nos exhorta a no alimentar la carne:
Romanos 13:14: sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.
Muchas veces el cristiano sufre verdaderas batallas debido a que alimenta LAS DOS NATURALEZAS, debiendo alimentar solo la nueva naturaleza en Cristo.
Dos formas de quitar el aire de un Vaso.
Hay una ilustración que siempre uso: Hay dos formas de sacar el Aire de un vaso. La más costosa es conectar una bomba de aire a la boca del vaso y extraerlo, pero hay dos inconvenientes: es muy costoso, y apenas quitemos la bomba, el aire volverá a entrar al vaso.
La forma mas conveniente de sacar el aire de un vaso es llenarlo con agua. Y al llenarlo el aire no volverá a entrar, ¡además de que es mucho más económico!

De igual manera te recomiendo que si tienes batallas en la carne, no solo busques vencer la debilidad, sino busque llenar tu alma y tu espíritu de Cristo, y seguramente saldrás vencedor.
José
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