Esterilidad, ese árbol que deja de dar frutos.

Un vientre en el que no anida un nuevo ser, puede estar obedeciendo a causas psicogenealógicas.
Nuestro cuerpo tiene su propio lenguaje y responde con síntomas y bloqueos a órdenes dictadas por nuestra famila. Estas respuestas corporales a veces son incompatibles con nuestros deseos, como en el caso de la esterilidad. ¿Si queremos ser padres, por qué ese hijo no llega? La respuesta puede estar en los árboles psicogenealógicos de los progenitores que han decidido dejar de dar frutos.
Entre las causas más comunes encontramos:
-En relaciones materno o paterno filiales conflictivas: No querer convertirme en mi madre (o en mi padre, en el caso de la esterilidad masculina). Inconscientemente podemos creer que al ser madre (o padre) nos convertimos en ellos.
-Familias con dificultades económicas con demasiados hijos no deseados.
-Muertes infantiles
-Abortos traumáticos
-Partos mortales
-Abusos y violaciones
Hay ocasiones en que la infertilidad es temporal. Por ejemplo: “si mi madre me tuvo con 40 años, no me doy permiso para quedarme en cinta hasta los cuarenta años”.
La reparación de estas huellas psicogenealógicas es fundamental para que la pareja pueda concebir al fin el hijo deseado.
Tomado de planocreativo
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