Cómo prevenir la fornicación
por John Sandford

Primero, involúcrese en grupos cristianos. Pero sea precavido al elegirlo, lamentablemente algunos se han vuelto muy carnales. Nuestro hijo Mark, esperando encontrar compañerismo moral cristiano mientras estaba en el seminario, estuvo en un grupo de solteros de una iglesia cercana. Se sorprendió y se ofendió cuando encontró a estos jóvenes alabando a Dios a viva voz durante los fines de semana mientras la mayoría de ellos fornicaban poderosamente toda la semana. Esperamos que esta sea la excepción más que la regla. Hay que alentar especialmente a los jóvenes para que busquen sanas actividades en grupo y que eviten la soledad, de manera que no tengan tiempo para la tentación.
Segundo, pase un tiempo con una o ambas familias, especialmente con los padres. Esto no solo proporciona chaperonas preparadas, sino que construye relaciones respetuosas las cuales sirven como control de pasiones.
Tercero, pasen juntos un tiempo limitado. Las parejas sabias se limitan a una o dos salidas por semana. Ellos rechazan los deseos de estar juntos cada minuto del día y de la noche. "La intimidad genera el desacato", desacato por lo sagrado del sexo y del cuerpo.
Cuarto, lean las Escrituras y oren Juntos. ¡Invitar al Señor como huésped en el sofá hace maravillas en las ardientes pasiones!
Quinto, evite compromisos potenciales o situaciones de tentación. Paula y yo nos hemos espantado al escuchar a jóvenes cristianos planeando despreocupadamente estar juntos solos en la cabaña de un amigo. Para las parejas cristianas tratando de mantener la moralidad, la privacidad es la compañía más peligrosa.
Sexto, manténgase apartado de fiestas donde se sabe que el alcohol o las drogas estarán presentes. Las parejas que se abstienen del alcohol y las drogas necesitan estar conscientes que la contaminación de la empatía de otros menos rectos puede invadir y desarmar el buen juicio. Algunos se deleitan cuando las parejas morales caen en pecado. Otros no se cohíben cuando introducen alcohol o drogas en la comida o en la bebida aparentemente inofensiva.
Séptimo, adoren en la iglesia y sirvan a Cristo en un ministerio juntos. No obstante, los cristianos deben tener cuidado. Compartir demasiado las labores lleva a relaciones que desean expresar el amor más fervientemente. Muchos se han sorprendido al sentir pasiones sexuales que crecen inmediatamente después de un gran tiempo de adoración con el Señor.
Muchos cristianos se han creído salvos de la tentación porque estaban experimentando un elevado sentir del Espíritu. Estar en el Espíritu no nos protege; como eleva nuestras emociones y sentimientos, estamos más expuestos a tentaciones sexuales o de otra índole que en cualquier otro momento. Muchos de los poderosos hombres de Dios cayeron porque no comprendieron este simple hecho de nuestra creación. La santidad del servicio y las horas que pasamos trabajando para otros pueden por cierto fortalecer nuestra resolución de permanecer morales. Pero no debemos aflojar por ello nuestra vigilancia.
Cómo sanar cuando se cometió fornicación
La confesión es siempre lo adecuado, y cuanto antes, mejor. Aconsejo que se le confiese el pecado a una persona en la que tenemos confianza y respetamos su vida espiritual. El que se confiesa deberá buscar las ayudas siguientes y, de no ser confiables, deberá seguir buscando hasta que así sea:
Uno, el confesor debe saber cómo investigar cuáles son las raíces que causaron la fornicación. Si el confesor no es capaz de lograr el crecimiento del perdón en el penitente es probable que esa persona vuelva a fornicar (Mateo 3.10 y Hebreos 12.15).
Dos, el confesor que oye la confesión debe saber cómo separar a los espíritus que han cohabitado (1 Corintios 6.15-16 y Hebreos 4.12).
Tres, el confesor que oye la confesión debe saber cómo decir oraciones profundas y limpiadoras, hasta que la persona se sienta libre y sana nuevamente, debiendo hacer el penitente más adelante un valioso regalo al cónyuge (1 Corintios 6.11 y 2 Corintios 5.17). La autoestima debe ser restaurada.
Cuatro, instrucciones de la Palabra de Dios respecto a la santidad del sexo deben ser seguidos por amonestaciones de no pecar nuevamente (1 Corintios 6.8-20 y Juan 8.3-11).
Cinco, se debe dar algún consejo e instrucción respecto a la otra persona que estuvo involucrada en la fornicación. Si a las dos partes que pecaron se les permite reanudar su anterior relación, existe la posibilidad de que la fornicación ocurra nuevamente.
Seis, si la fornicación ha sido conocida públicamente, deberá intentarse una reconciliación y aceptación con los padres y otros miembros de la familia (o con quien haya estado involucrado). La sabiduría dice que la discreción deberá sellar los labios de todos. La divulgación del pecado puede ser más dolorosa que útil. La sanidad debe buscarse siempre que se sepa de fracturas y heridas. Pero las ascuas que se van apagando no necesitan ser removidas innecesariamente.
Algunos que cometieron fornicación y consiguientemente pidieron y obtuvieron el perdón nos han preguntado si deberían revelar su pasado a su prometido. Nosotros creemos que la sinceridad es la mejor política. Nunca está bien comenzar un matrimonio ocultando secretos. Si uno no puede soportar el conocimiento de toda la verdad acerca del otro, la relación no será capaz de soportar las presiones del matrimonio y no debería permitirse que continúe. No obstante, los amantes sabios deberán ser lo suficientemente sensibles como para saber dónde, cómo y cuándo compartir cuánto. Oren para que el Señor provea la mejor oportunidad. La sensible sinceridad no quiebra la confianza, la establece.
Los padres pueden destruir a los jóvenes cuyos pecados se han hecho públicos. Un padre que grita: "¡Eres una prostituta!", hace perder el derecho dado por Dios de ser consolado y restaurado. La condenación no tiene lugar en Cristo (romanos 8.1). El perdón necesita ser acompañado por la compasión, repetidas muestras de aceptación y del propio arrepentimiento
De los padres que por sus faltas (y generalmente hubo algunos) pusieron en peligro a su hijo.
Si existe embarazo, no debe ni siquiera pensarse en el aborto. La joven necesita que se le asegure que sigue perteneciendo a la familia y también la criatura que está dentro de ella. No es sabio forzar a una hija a que renuncie a su hijo para que otros lo adopten. Cuidadosas conversaciones deben allanar el camino para decisiones llenas de oración que respeten completamente los deseos de ella y del padre y los de los futuros abuelos. El niño deberá ser mantenido con la familia, dentro de lo posible con la madre.
A pesar de ser asuntos muy serios, la pérdida de la virginidad y consecuente embarazo no son el fin del mundo y no deben ser tomados así. El Cuerpo de Cristo es llamado para ser un cuerpo de amor sanador.
He escrito esto para equipar al Cuerpo de Cristo, para ayudar a los caídos y a sus víctimas, para que el cuerpo no pueda equivocarse ni por condenación ni por un celo impropio. Que Dios prospere a cada hermano y hermana el uno hacia el otro, tal como nuestro Señor Jesucristo ha salido para sanar su quebrado Cuerpo en estos peligrosos tiempos.
* John L. Sandford ha
Sido pastor y consejero por más de 30 años. Él y su esposa Paula han escrito cuatro libros de gran venta. Usado con permiso. Tomado del libro: Por qué algunos cristianos cometen adulterio, Editorial Caribe.
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